Evitar la sequedad ocular
El síndrome del ojo seco, o sequedad ocular es una alteración en los ojos que ocurre cuando se produce una deficiencia en la cantidad o calidad de la lágrima natural de la persona. La superficie del ojo no está bien lubricada y causa molestias oculares, problemas visuales llegando incluso a poder producir lesiones en la córnea y en la conjuntiva.
Causas
Las causas más comunes de la sequedad ocular son:
- Los ambientes secos, con viento, aires acondicionados o calefacción fuerte.
- La secreción puede disminuir debido a la edad
- En la mujer, hay cambios hormonales que pueden producir sequedad, como embarazos, el consumo de anticonceptivos, la menopausia…
- La reducción del parpadeo por lectura prolongada o mucho tiempo delante del ordenador (a veces nos olvidamos de parpadear).
- El uso de lentes de contacto.
- Algunas intervenciones oftalmológicas.
- Enfermedades en la superficie ocular.
- Enfermedades generales como artritis y enfermedades autoinmunes.
Síntomas
- Irritación, escozor y enrojecimiento de los ojos
- Sensación de cuerpo extraño o de arenilla
- Fatiga o pesadez ocular
- Lagrimeo
- Visión borrosa
- Fotosensibilidad a la luz
Tratamiento
- Uso de lágrimas artificiales.
- Uso de colirios específicos como antiinflamatorios, por ejemplo.
- Implante de tapones lacrimales.
- Ingerir más líquidos.
- Parpadear con más frecuencia.
- Utilizar gafas para salir a la calle, que protegen los ojos del efecto secante del viento.
- Usar humidificadores en casa y en el trabajo, sobre todo en invierno, cuando la calefacción está alta, aunque en Galicia no es tan grave el problema
- No fumar y evitar el humo indirecto.
- Evitar el aire acondicionado.
- Reducir los medicamentos para la alergia y el resfriado, que pueden resecar y empeorar los síntomas.
- Descansar la vista en esfuerzos visuales prolongados, como el ordenador, lectura, cine, conducción prolongada, etc.