La Sociedad Francesa de Neuroradiología ha realizado un estudio, cuyos resultados se acaban de publicar la revista Radiology en el que concluyen que las personas que han resultado infectadas por el COVID-19 de gravedad, pueden haber desarrollado complicaciones en los ojos.

El estudio está basado en el análisis ocular de 129 pacientes de COVID que, debido a la gravedad, tuvieron que pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Superada la fase más complicada, los pacientes fueron sometidos a una revisión general en la que se analizó, entre otros, el estado de sus ojos a través de una resonancia magnética ocular (IRM) que puso de manifiesto anomalías en los ojos.

Un 7% de los pacientes mostraron, tras la resonancia magnética, uno o más nódulos en el globo ocular. Concretamente en la región macular, donde opera la visión central.

Cuidados Intensivos y Salud Ocular

Al margen de las complicaciones derivadas del COVID-19, se sabe que los pacientes que pasan un tiempo encamados o sometidos a ventilación mecánica en las unidades de cuidados intensivos, pueden desarrollar problemas oculares. De hecho, el cuidado de los ojos forma parte de los cuidados administrados a todos los pacientes de unidades de cuidados intensivos, especialmente aquellos inconscientes, sedados o inmovilizados.

Las complicaciones oculares abarcan desde infecciones leves de la conjuntiva hasta lesiones y úlceras graves de la córnea. La ulceración, vascularización y las cicatrices de la córnea pueden causar una lesión ocular permanente.

a sedación de una persona dá lugar al cierre de su párpado aunque no llega a ser total, lo que provocaría la evaporación de la película lagrimal. Esto, unido a que algunos medicamentos provocan también un descenso de lágrimas, haría que el ojo no dispusiera de suficiente lubricación. Es decir, hablaríamos de la aparición del ojo seco.

La sequedad del ojo puede originar una queratopatía superficial, una enfermedad de la córnea que puede poner en peligro la superficie de la misma. Una ulceración de la córnea o la aparición de cicatrices podrían generar un daño permanente en la visión.

El edema, o quemosis conjuntival, se conoce como ojo inflamado. Suele deberse al soporte ventilatorio y a los medicamentos utilizados para facilitar dicho soporte ventilatorio. Estos pueden provocar un incremento de la presión intraocular que a su vez puede provocar una hemorragia subconjuntival.

En ocasiones, el edema conjuntival se puede producir si el esparadrapo que sujeta el tubo de respiración, está demasiado tirante.

Prevención y Detección de Problemas

Las medidas utilizadas para el mantenimiento de la superficie ocular en las UCIs van desde una limpieza sencilla del párpado hasta la sutura de los párpados para lograr un cierre adecuado del ojo. Las intervenciones del cuidado de los ojos han sido agrupadas en cuatro categorías principales: protocolos de higiene ocular, prevención del ojo seco, cierre del párpado, y programas de cuidado de los ojos.

En virtud de los resultados extraídos del estudio realizado, además de proteger convenientemente los ojos de los pacientes de COVID que deben ser sometidos a ventilación mecánica y permanecer en la UCI, es conveniente someterles con posterioridad a un examen ocular para detectar posibles problemas derivados de su estancia en la unidad de cuidados intensivos.