Las gafas graduadas se utilizan para corregir diferentes defectos de visión como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Si no cumplen ese objetivo, no tiene sentido su uso. De esta manera, respondiendo a la pregunta de cuándo es conveniente cambiar las gafas, podemos indicar que lo más lógico es hacerlo cuando no resuelvan los problemas de visión.

Hay personas que, tras acudir a la óptica y solucionar sus problemas visuales con unas gafas graduadas, pasan años sin volver al centro óptico. De hecho, muchas veces lo hacen porque se rayan los cristales o se rompen las varillas.

Según el Libro Blanco de la Visión, publicado en 2019, el 48% de la población no revisa su visión o lo hace menos de una vez al año. El argumento más común es que “ven bien” por lo que no necesitan acudir a la óptica. La mayoría de las revisiones visuales en nuestro país se utilizan con carácter correctivo en vez de preventivo.

Problemas de Visión

Aunque lo ideal es acudir de manera periódica al centro óptico para revisar la salud visual y detectar cualquier problema lo antes posible, es indispensable hacerlo cuando se detectan los primeros signos relacionados con problemas de visión.

En este sentido, si a pesar de utilizar gafas graduadas, tenemos alguna dificultad para ver o enfocar correctamente, es necesario acudir al centro óptico. De vez en cuando podemos poner a prueba la visión tapando un ojo y el otro, de manera alternativa, y comprobando que vemos correctamente con ambos.

Otras veces, podemos sospechar que la graduación de nuestras gafas no es la correcta, si sufrimos dolores de cabeza o mareos de manera recurrente. En muchas ocasiones, estas molestias se derivan de una visión deficiente y problemas en la graduación de los cristales.

Por otra parte, si los ojos se muestran sensibles o lagrimean, de manera recurrente, después de utilizar las gafas durante un tiempo, es conveniente revisar la graduación.

Cambios en la Visión

Lo normal es que los defectos de refracción óptica evolucionen con el tiempo. Por eso, hay que ir adaptando la graduación de las lentes a las necesidades de visión reales. Y lo más recomendable es revisar la vista de manera periódica. Esto es especialmente  importante tanto en niños como en personas mayores.

El período de maduración visual comienza en el nacimiento y finaliza aproximadamente a los 7 años. Un tiempo en el que resulta fundamental llevar a cabo un seguimiento de la evolución de la visión del niño y adaptar la graduación de sus lentes.

Por su parte, las personas mayores, debido a la edad y a la evolución de algunas enfermedades, pueden ver modificada su capacidad visual. Es muy importante revisar de manera frecuente la visión para que el óptico-optometrista pueda anticiparse a los problemas, adaptando las gafas graduadas a las necesidades de visión de la persona en cada momento.

Desde Federópticos Lukus recomendamos la revisión periódica de la visión para detectar y prevenir posibles problemas visuales de forma precoz. Realizamos pruebas diagnósticas de gabinete y recomendamos tratamientos o terapias de forma totalmente personalizada. Si crees que ves mal, te mareas o te duele la cabeza, se te cansa la vista o se mezclan las líneas y las letras al leer, no esperes más. Pide cita y te ayudaremos a mejorar tu visión.